Hay
un viejo chiste sobre la definición de jutzpá. Un chico asesina a
sus padres y luego le ruega al juez: “Tenga piedad de mí, ¡soy
huérfano!”.
Lamentablemente,
ese chiste puede ser aplicado ahora al brillante físico de
Cambridge, Stephen Hawking, quien anunció la cancelación de su
participación en la conferencia “Enfrentando el Mañana”, la
cual se desarrollará en Israel en el mes de junio, debido a las
“sugerencias de académicos palestinos respecto a que debiese
respetar el boicot a Israel”. Su actuar es tremendamente tonto y
cortoplacista, especialmente tratándose de un hombre tan
inteligente.
Es
cortoplacista ya que, dado el importante rol que juega actualmente
Israel tanto en el mundo científico como en el mundo tecnológico,
boicotear al estado judío podría implicar renunciar a algunos de
los avances tecnológicos más importantes de los últimos años.
El
mismo Stephen Hawking, quien ha sufrido de una enfermedad
moto-neuronal por la mayor parte de sus 71 años, se comunica
utilizando un sistema de voz mecánico que funciona gracias al
procesador Intel Core i7, el cual fue desarrollado por la división
israelí de Intel.
En
su trabajo como físico de partículas, él ha estado íntimamente
involucrado con el descubrimiento más significativo de los tiempos
modernos: el Bosón de Higgs, el cual fue descubierto el año pasado
utilizando detectores de partículas desarrollados en Israel.
El
año pasado, Hawking aceptó un prestigioso premio de física que
consistía en 3 millones de dólares – el cual era financiado por
Yuri Milner, un gran inversionista de origen judío en la industria
de alta tecnología israelí.
Claramente
el Profesor Hawking no sacará el chip Intel de su sistema de voz, no
devolverá los 3 millones de dólares ni dejará de estar involucrado
en los descubrimientos científicos más avanzados. Con tantas áreas
de su vida que han sido influenciadas y mejoradas por la industria
israelí, su decisión de no visitar el estado judío no es más que
una gran muestra de jutzpá.
Doble
Estándar
Si
Hawking quiere boicotear una nación por sus atrocidades contra los
derechos humanos, ha elegido al país equivocado.
En
una semana en la cual los periódicos del mundo estuvieron repletos
de horripilantes descripciones de violaciones a los derechos humanos,
es irónico que el Profesor Hawking eligiese a Israel para su boicot:
(.)
Hay una gran guerra civil en Siria,
en la cual el régimen de Assad ha utilizado armas químicas en
contra de las poblaciones civiles.
(.)
Nigeria está masacrando a los opositores islamistas del gobierno.
(.)
China está imponiendo su brutal política de “un solo hijo” por
medio de abortos forzados.
(.)
Arabia Saudita ha ejecutado a varios presos políticos y
homosexuales.
Obviamente
Israel también tiene cosas que podrían ser criticables, pero el
hecho de escoger únicamente a Israel para el boicot es estar sesgado
por un doble estándar y exigirle a Israel cosas que no se le exigen
a ningún otro país del mundo. El escoger a Israel, una democracia
liberal que cuenta con libertad de prensa, un sistema judicial
transparente, sufragio universal y derechos igualitarios para todos –
como el único país criticable, y no sólo eso, sino como el único
país para evitar – es una completa jutzpá.
El
Dr. Hawking, cuya investigación académica es de clase mundial, debe
saber muy bien que para mejorar el mundo se debe fomentar la
comunicación, y no bloquearla. Al darle la espalda a Israel, él
está transmitiendo un mensaje reaccionario y lleno de odio que no
resuena con la amplia colaboración académica que ha marcado su
carrera. ¡Jutzpá!
La
cancelación de Hawking fue una gran vergüenza para la Universidad
de Cambridge.
En
realidad, académicos serios como Sari Nusseibeh, el presidente
palestino de la Universidad de Al-Quds, se opone a los boicots
académicos. El Dr. Nusseibeh ha sido pionero en proyectos conjuntos
con la Universidad Hebrea de Jerusalem y con la Universidad Brandeis
de Estados Unidos.
La
cancelación de Hawking fue tan vergonzosa para su empleador, la
Universidad de Cambridge, que el portavoz de dicha institución
intentó argumentar que la cancelación había sido por “motivos de
salud”, y no por un boicot a Israel. Pero posteriormente, la
universidad fue forzada a retractarse, después de que los
representantes de Hawking dejaran en claro que la decisión se debía
al boicot.
El
Boicot es un Error
La
conferencia que Hawking está boicoteando tiene por objetivo generar
un mundo más tolerante y abierto, un mundo que seguramente él
añora.
Bajo
el auspicio del presidente de Israel, Shimón Peres, la conferencia
anual “Enfrentando el Mañana” reúne a un grupo diverso de 5.000
líderes mundiales e intelectuales para discutir sobre una serie de
temas de suma importancia para el mundo actual – entre los que se
incluyen geopolítica, economía, medioambiente y cultura. Peres,
quien fuera galardonado con el Premio Nobel y quien es el político
israelí de mayor experiencia, está utilizando su considerable
capital político para enfrentar algunos de los problemas más
urgentes que aquejan al mundo. El boicotear este esfuerzo no es una
crítica razonable, sino que es pura jutzpá – es un intento de
destruir la iniciativa israelí no por sus características propias,
sino por el puro hecho de que se haya originado en el estado judío.
Como
el físico teórico que es, Hawking seguramente sabe muy bien que su
campo ya ha mostrado en el pasado intentos fallidos de silenciar a
los judíos.
En
los años ’30, los científicos judíos de Alemania – entre los
cuales se encontraba Albert
Einstein – se enfrentaron a una gran presión para que
abandonasen los campos académicos clásicos y las florecientes áreas
del mundo científico como lo era la física de partículas. Einstein
y Enrico Fermi (quien dejó Europa para salvar a su esposa judía) se
fueron a Estados Unidos, donde construyeron buena parte de las bases
de las teorías modernas del mundo de la física.
El
boicot actual, el cual busca silenciar a los judíos, tiene una larga
e infame historia. Con el paso del tiempo se verá que la sinergia de
Hawking con este movimiento que busca deslegitimar la existencia del
estado judío es un gran error.
Créditos: Aish
Latino
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