Es terrible la situación
que está viviendo gente inocente en Siria desde hace años, el
hambre está matando miles de personas al día, los que se oponen la
régimen de Bachar Al Asad son sistemáticamente torturados y
asesinados, el menú del día en Siria consiste en verduras podridas,
hierbas del suelo, animales, gatos, ratas. No hay alimentos, la gente
muere al día, hasta cuándo seguirá esta situación, quién puede
terminar con esta barbarie? Porque Rusia apoya este régimen y hace
la vista gorda con la muerte de miles de civiles inocentes?
Quien
se beneficia con esta guerra? Muchas preguntas sin respuesta.
En
Siria hay registrados unos 540.000 refugiados palestinos, de los casi
cinco millones repartidos por el mundo. UNRWA calcula que 270.000 han
dejado sus hogares a causa del conflicto sirio y otros 80.000 se han
exiliado a Líbano y Jordania, sobre todo, donde se hallan en un
peligroso limbo legal.
Yarmuk
se inauguró en 1957 para acoger a palestinos expulsados por las
milicias judías en la guerra de 1948. En él vivían unos 150.000
refugiados palestinos y 100.000 sirios, atraídos por su vida
comercial y por el hecho de que no era un campo oficial, cerrado a
quien no fuera palestino. Ahora, confirma el partido Fatah, quedan en
Yarmuk unas 18.000 personas, mujeres, niños y ancianos que no han
podido escapar y se enfrentan al hambre provocada como arma de
guerra. Ya no hay opción ni de contrabando, se han acabado hasta las
reservas que se vendían en verano, como el arroz, a 100 dólares el
kilo.
A
la falta de provisiones se suma la insalubridad, hace un año que no
hay electricidad y, por tanto, tampoco calefacción. Muebles y ramas
se queman en los patios para entrar en calor. El suministro de agua
es intermitente, cuatro horas cada tres días, abunda Christopher
Gunness, el portavoz del organismo de la ONU que se ocupa de los
palestinos. Más de 3.000 civiles están refugiados en escuelas ante
el deterioro de sus casas.
Amani,
una universitaria de Yarmuk que regresó en septiembre a Gaza, de
donde su familia partió en los años cincuenta rumbo a Siria, habla
de "puro horror". Sus tíos y abuelos siguen allí, aunque
no logra contactar con ellos. "Huyeron hasta los médicos, el
régimen los mataba si venían a trabajar al campo. Solo queda
esperar que Dios nos ayude", lamenta.
Fuente:
CNN, http://www.infobae.com/
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