jueves, 23 de enero de 2014

Guerra civil en Siria, hasta cuándo?


Es terrible la situación que está viviendo gente inocente en Siria desde hace años, el hambre está matando miles de personas al día, los que se oponen la régimen de Bachar Al Asad son sistemáticamente torturados y asesinados, el menú del día en Siria consiste en verduras podridas, hierbas del suelo, animales, gatos, ratas. No hay alimentos, la gente muere al día, hasta cuándo seguirá esta situación, quién puede terminar con esta barbarie? Porque Rusia apoya este régimen y hace la vista gorda con la muerte de miles de civiles inocentes?


Quien se beneficia con esta guerra? Muchas preguntas sin respuesta.
En Siria hay registrados unos 540.000 refugiados palestinos, de los casi cinco millones repartidos por el mundo. UNRWA calcula que 270.000 han dejado sus hogares a causa del conflicto sirio y otros 80.000 se han exiliado a Líbano y Jordania, sobre todo, donde se hallan en un peligroso limbo legal.
Yarmuk se inauguró en 1957 para acoger a palestinos expulsados por las milicias judías en la guerra de 1948. En él vivían unos 150.000 refugiados palestinos y 100.000 sirios, atraídos por su vida comercial y por el hecho de que no era un campo oficial, cerrado a quien no fuera palestino. Ahora, confirma el partido Fatah, quedan en Yarmuk unas 18.000 personas, mujeres, niños y ancianos que no han podido escapar y se enfrentan al hambre provocada como arma de guerra. Ya no hay opción ni de contrabando, se han acabado hasta las reservas que se vendían en verano, como el arroz, a 100 dólares el kilo.
A la falta de provisiones se suma la insalubridad, hace un año que no hay electricidad y, por tanto, tampoco calefacción. Muebles y ramas se queman en los patios para entrar en calor. El suministro de agua es intermitente, cuatro horas cada tres días, abunda Christopher Gunness, el portavoz del organismo de la ONU que se ocupa de los palestinos. Más de 3.000 civiles están refugiados en escuelas ante el deterioro de sus casas.
Amani, una universitaria de Yarmuk que regresó en septiembre a Gaza, de donde su familia partió en los años cincuenta rumbo a Siria, habla de "puro horror". Sus tíos y abuelos siguen allí, aunque no logra contactar con ellos. "Huyeron hasta los médicos, el régimen los mataba si venían a trabajar al campo. Solo queda esperar que Dios nos ayude", lamenta.
Fuente: CNN, http://www.infobae.com/

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