La
resolución que, con toda probabilidad, será aprobada este jueves
por la Asamblea General de Naciones Unidas, incluirá un
reconocimiento delderecho
de los palestinos a un estado sobre las fronteras de 1967,
según el borrador que ha circulado en las horas previas a la
votación. Es el mismo territorio que Barack Obama señaló como
objetivo para las negociaciones de paz con Israel, que ahora, herido
diplomáticamente y en vísperas electorales, parece menos receptivo
que nunca al diálogo.
La
votación en la ONU será, sin duda, una victoria moral para la
Autoridad Palestina. Su representante en esta organización
internacional, Riyad Mansur, ha anticipado que la resolución será
introducida jueves con
el patrocinio de cerca de 60 países y
obtendrá un apoyo aplastante. “Creo que la mayoría de las
naciones votarán con nosotros porque existe un consenso
internacional sobre la solución de dos estados”, ha manifestado.
Los palestinos
creen contar con, al menos, 150 votos de los 193 países que integran
la Asamblea
General,
lo que elevaría inmediatamente el nivel de su representación de
“entidad” observadora al de “Estado no miembro observador”,
el mismo que actualmente tiene el Vaticano. “Sin perjuicio”,
según consta en el borrador de resolución, “de los derechos
adquiridos, privilegios y el papel de la Organización para la
Liberación de Palestina como el representante del pueblo palestino”.
A diferencia del Consejo de Seguridad, nadie tiene derecho de veto en
la Asamblea, por lo que, lo que se decida, entrará inmediatamente en
vigor.
La
resolución, igualmente, “reafirma el derecho del pueblo palestino
a la autodeterminación y a su independencia en su estado de
Palestina sobre el territorio palestino ocupado desde 1967” y
expresa “la urgente necesidad de resucitar y acelerar el proceso
de paz en Oriente Próximo”, con el objetivo de “alcanzar un
acuerdo de paz duradera, justa y equilibrada entre palestinos e
israelíes que resuelva los principales asuntos, tales como los
refugiados palestinos, Jerusalén, los asentamientos, las fronteras,
la seguridad y el agua”.
Estados
Unidos, el socio imprescindible de cualquier proceso de negociación
viable, cree que no, y es casi seguro que se pronunciará en contra.
Pero, por supuesto, no acaba ahí su labor. Obama no
puede mantenerse impasible viendo cómo se deterioran las relaciones
entre Israel y los palestinos –cosa
que, probablemente, ocurrirá tras esta votación- y tratará de
apaciguar los ánimos. Lo mismo tendrá que hacer en casa, donde el
Congreso va a pedir la inmediata congelación de la ayuda financiera
a los palestinos.
Desde
la perspectiva de la Administración norteamericana, esta votación
es un
mero ejercicio exhibicionista en el que los palestinos se dan el
gusto de demostrar el gran apoyo internacional del que disponen,
loseuropeos
dan satisfacción a la dominante tendencia propalestina de
sus opiniones públicas y todo queda igual o peor que antes de la
votación.
Lo
más favorable que puede salir de esta jornada es un nuevo sentido
de urgencia que ayude a acelerar las negociaciones
palestino-israelíes, el único camino por el que los palestinos
tendrán un estado. Nada indica, por ahora, que eso pueda ocurrir.
La resolución que será aprobada establece un marco territorial
para esa negociación, lo que, eventualmente, podría aclarar algo
las cosas. Pero eso es, en el mejor de los casos, un progreso mínimo
comparado con los obstáculos que se adivinan.
El
primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, encontrará en esta
votación argumentos
más que suficientes para demostrar ante su electorado el
radicalismo de los palestinos.
Para Obama, esto tampoco llega en el mejor momento. A menos de dos
meses de su toma de posesión, con Hillary Clinton viviendo sus
últimos días en la secretaría de Estado y ningún responsable
visible de Oriente Próximo en la Administración, el presidente
norteamericano no está en las mejores condiciones para actuar en un
conflicto que consume tanto tiempo y tantas energías.
Así
pues, para Washington, lo mejor que podría pasar tras la aprobación
de esta resolución de la Asamblea General es que no pase nada, que
esta votación no precipite una nueva crisis y un nuevo
enfrentamiento, que deje un plazo para que Obama busque una
alternativa.
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