viernes, 9 de noviembre de 2012

Obama y la decrépita situación de los Estados Unidos en todas la áreas


 Según The Wall Street Journal, el vocero más influyente del poder financiero de EEUU: La crisis (endeudamiento y baja de recaudación) de los estados agrava el desempleo (desocupación y recortes salariales) y ya extiende los ajustes(reducción de planes sociales) a todo el territorio de EEUU.

La mayor economía imperial no pudo  mostrar un crecimiento sólido desde que salió a duras penas de la recesión de 2007 a 2009.
El producto interior bruto anual se expandió en un promedio de sólo un 2,1 por ciento en los últimos dos años. Solamente cerca de 4,5 millones de los 8,7 millones de empleos perdidos durante la crisis se recuperaron.

Alrededor de 23 millones de estadounidenses están desocupados o subempleados, y muchos tuvieron que conformarse con un trabajo a media jornada.

El Gobierno no sólo está endeudándose a un ritmo cada vez más insostenible -la deuda ahora llega a los 16 billones dde dólares- sino que la recesión ha dejado cicatrices difíciles de borrar en el mercado laboral, lo que significa que la cifra de desempleo podría seguir incrementándose durante los próximos años.

Y además, el crecimiento se está desacelerando en otras partes del mundo (particularmente China), lo que afecta las exportaciones estadounidenses.

Aunque los demócratas mantuvieron el control del Senado, los republicanos lograron aferrarse a su mayoría en la Cámara de Representantes, lo que deja sin cambios el estancamiento político en Washington.

En su segundo mandato Obama se enfrenta al  llamado“abismo fiscal” (fiscal cliff), que tiene  como única salida  brusco aumento de los impuestos, sumado a un recorte de los gastos que recaerá sobre el 90 por ciento de las familias norteamericanas.

Los dos mecanismos del “fiscal cliff” arrancarán simultáneamente, entre fines de diciembre de 2012 y principios de enero de 2013. Esto fue porque Obama y el Congreso dominado por los republicanos llegaron a un pacto que postergó la solución del tema del déficit fiscal, que suma un billón de dólares anuales.

"Lidiar con la política confrontacional y el estancamiento en el Congreso será el mayor desafío, el resultado de las elecciones ciertamente no facilita para nada la situación", dijo Harm Bandholz, economista de UniCredit Research en Nueva York.


La total implementación del plan de recorte del déficit de Obama perjudicaría el crecimiento en 2013, y algunos economistas esperan que el Gobierno ofrezca cierto alivio tributario a las familias para suavizar el impacto de la crisis.

La riqueza neta de las familias cayó un 38 por ciento entre 2007 y 2010, puesto que los precios de las casas registraron el mayor descenso del que se tenga registro, y se estima que casi 11 millones de estadounidenses deben por sus hipotecas más de lo que valen sus viviendas.

Además, es posible que muchas de las pérdidas de empleos durante la recesión, especialmente en la construcción y otros sectores relacionados con los bienes raíces, no se recuperen nunca. Eso podría dejar a buena parte de la fuerza laboral estadounidense sin las habilidades que necesitan los empleados.

"La situación laboral será problemática porque creo que el desempleo que sufrimos es en gran medida estructural", dijo Adolfo Laurenti, economista de Mesirow Financial en Chicago.

"Incluso una economía sólida tendrá problemas para llevar la tasa de desempleo por debajo del 7 por ciento", sostuvo.
La economía también está siendo golpeada por la crisis de deuda de la zona euro y el enfriamiento de la demanda en Europa, lo que ha socavado las órdenes para las empresas estadounidenses.

Las exportaciones han representado cerca de un tercio del crecimiento desde que terminó la recesión.

"Estamos en una economía global sin un motor global saludable para la expansión. Ese es un problema que no puede ser resuelto fácilmente por Obama", declaró Laurenti.

El índice de desempleo estuvo por encima del 8% de la fuerza laboral durante cuarenta y tres meses, y está en el7,9%. En algunos estados alcanza límites impensados en este país.

En Nevada, por ejemplo, lejos de las estridencias de las luces de Las Vegas, la desocupación es récord en el país: un 14,3% no tiene trabajo . Otros estados complicados son California y Michigan, con 12,4% según el Censo, el 15% de las personas en Estados Unidos, unos 46 millones, vivía por debajo del “nivel de pobreza”, la proporción más alta desde 1993. 

Pese a los anuncios de "recuperación" de la economía, empresas y bancos todavía están recortando empleos y obteniendo ganancias a través de reducciones de costos (incluido reducción de salarios) en lugar de potenciar un alza en la producción y en las ventas por medio de la reocupación laboral.

Por medio de los despidos laborales y la reducción del gasto social ("ajustes"), que incrementan los niveles sociales de precariedad económica y de exclusión masiva del mercado laboral,  bancos y empresas 
mantienen sus tasa de rentabilidad al costo de más desempleo y depresión de la economía real. 
El ajuste y el fantasma de la crisis social
La incertidumbre domina el escenario económico, social y político de la primera potencia imperial y está afectando el desarrollo de la estructura económica. “Los negocios y los hogares enfrentan incertidumbre sobre futuros impuestos, los niveles de gastos, regulaciones, la reforma sanitaria y las tasas de interés. Esta incertidumbre tiende a posponer el gasto, la inversión y el consumo y a frenar la creación de puestos de trabajo, impidiendo así la recuperación”, señala un informe de un grupo de profesores de la Universidad de Stanford y de Chicago.

Del mismo modo que la crisis financiera obligó a romper con el "libre mercado" (haciendo intervenir al Estado en el salvataje del capital privado), el colapso recesivo y el estallido del déficit fiscal obliga a la primera potencia a aplicar recortes en el gasto estatal de su propia población, que ya padece en carne propia el 
costo social del derrumbe de la economía.

Mientras la administración de Obama y las usinas financieras USA derraman todo tipo de teorías y de pronósticos "esperanzadores" sobre una hipotética
"recuperación", los números reales indican que (y mientras florece la especulación financiera en Wall Street) la primera economía imperial no consigue despegar.

Y lo que parecía impensable hasta ahora, ya está sucediendo: Los 
"ajustes salvajes", que históricamente fueron exportados por el FMI (el gendarme financiero global) a los países subdesarrollados de Asia, África y América Latina, llegaron, como una extraña paradoja de la historia, al Estado de la primera potencia imperial.

La crisis laboral con desempleo masivo que se expande por la mayoría de las regiones estadounidenses, azota con particular  dureza extrema a 
California (que ya implementó un fuerte ajuste en julio de 2009), el mayor Estado de la Unión, equivalente a la séptima economía mundial, y que afronta un cuadro potencial (todavía larvado) de huelgas y protestas sociales.
En este escenario, la nacionalización de la crisis social por medio de los ajustes y los despidos laborales habilita un pasaporte hacia las huelgas y los conflictos sociales que hasta ahora aparecían como fenómenos inéditos en la primera potencia imperial.

Fuente: http://www.iarnoticias.com/


No hay comentarios:

Publicar un comentario