“El
islam es una religión de paz” Esto es lo que nuestros
políticamente correctos políticos proclaman. Aunque políticamente
correcta, esta proclamación no es correcta. A decir verdad, el islam
no es una religión de paz. Es una religión de odio, terror y
guerra. El islam como lo enseña el corán y como lo vivió
Mahoma de acuerdo a los hadices (biografía y dichos de Mahoma), es
una religión de Injusticia, Intolerancia, Crueldad, Aburdidades,
Discriminación, Contradicciones, y fe ciega. El islam promueve
el asesinato de no-musulmanes, abusos de los derechos humanos de
minorías y de las mujeres. El islam se expandió mayormente a través
de Yijad (guerra santa contra no-musulmanes) y forzó su expansión
mediante el asesinato de no-creyentes y disidentes. En el islam, la
apostasía es el crimen más grande, castigado con la muerte. Mahoma
mismo era fundamentalista, de manera que el fundamentalismo no puede
separarse del islam verdadero.
El
islam, cuyo verdadero significado es “sometimiento”, demanda que
sus seguidores sometan sus voluntades a Mahoma y su imaginario Alá,
una deidad que detesta la razón, la democracia, la libertad de
pensamiento y la libertad de expresión.
Mahoma
vivió una vida muy lejos de la santidad. Su lujuria por el sexo, sus
actividades sexuales con sus criadas y esclavas, su relación
pedofílica a los 53 años con Aisha, una niña de nueve años, sus
matanzas, su conversión de víctimas en esclavos y su tráfico con
ellos, su asesinamiento de oponentes, sus asaltos a caravanas de
mercaderes para robarles, su quema de plantaciones de palmas, su
destrucción de pozos en el desierto, su maldecir e invocación de
males sobre sus enemigos, sus venganzas contra sus prisioneros de
guerra y sus alucinaciones acerca de tener sexo con sus esposas
cuando no lo había tenido, lo descualifican para estar cuerdo y aún
más lo descualifican para ser un mensajero de Dios.
El
corán les dice a los musulmanes que maten a los no-musulmanes donde
den con ellos (2:191), que los combatan y que los traten duramente
(9:123), maten (9:5), combatan (8:65), luchen esforzadamente contra
ellos (25:52), se muestren duros con ellos pues tendrán el infierno
por morada (66:9), les descarguen golpes en el cuello hasta
someterlos, atarlos fuertemente, devolverles la libertad de gracia o
mediante rescate (Q;47:4).
En
cuanto a las mujeres, el libro de Alá dice que son inferiores a los
hombres y sus esposos tienen derecho a golpearlas si son
desobedientes (Q;4:34). Pero su castigo por desobedecer a sus esposos
no acaba ahí, porque después de que mueran irán al infierno
(Q;66:10).
Fuente: Los abusos del Islam
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